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Mariposas

Esas mariposas que siento al verte, esas mariposas que siento al hablarte, cada que estas cerca de mi o en mi mente, esas mariposas alzan el vuelo, revolotean por todo mi estomago. Pero hay un grave problema, esas mariposas son carnívoras, mariposas-come-hombres, cada vez que estas en mi cabeza ellas suben y se comen mi estomago, mastican lentamente mis huesos, arañan mi corazón, me infectan con su amargo veneno y rasgan la poca cordura que me queda ¿Me pregunto cuánto tardaran en comerse mi cerebro para evitar que piense en ti? De cualquier manera ¿Por qué a mí me tuvieron que tocar las mariposas que tienen colmillos? ¿Por qué me tuvieron que tocar las que hieren con sus alas de hierro frío? ¿Por qué me tuvieron que tocar a mi las que tienen garras en las patas y lastiman al aferrarse en mi vientre? Pero lo que realmente me tiene molesto ¿Es por qué sigo invocándolas cada vez que puedo? Las maldigo mariposas carnívoras, las maldigo con la eternidad de mi fragmentado espíri

Sólo hazme dormir

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Esta es una noche más en la que solo quiero dormir para dejar que la oscuridad se meta por mis ojos y vacíe por completo mi alma, otra hora en la que pido se anestesie mi espíritu para que no duelan sus fibras místicas, otro minuto adormecido para que pasen desapercibidos los dilemas, un segundo inhumado para dar fin a mi podrida ética, una milésima para aturdirme al grado de no entender nada, toda una vida pidiendo amortiguar la sensación de caída. Desvanecer los problemas no es tarea fácil cuando lo intenta un cuerpo que refleja mucha luz, ya que la suya propia se apaga, mi luz se va con la alegría y felicidad que sostenía, ahora sólo quedo yo en la penumbra deseando dormir, acallar los dilemas de mi mente y mi espíritu esperando que mañana no amanezca. Pero sé bien que ahí estarás de nuevo, astro inmundo, regocijándote en mi miserable intento por cubrirme, sabiendo que a pesar de todo ahí estaré al día siguiente y al siguiente y al siguiente hasta que deje de importa

Un Pensamiento Intrusivo

El último viernes del mes de noviembre me encontraba cerca del Palacio Municipal de alguna localidad del Estado de México (Ese lugar olvidado por la mano de D-os), a un lado de dicho edificio público se encuentra la Comandancia de Seguridad Pública donde estaban congregados diferentes personas, su vestimenta era o pretendía ser formal (aunque algunos simplemente usaban playeras y jeans), expectantes de la reja de la comandancia mientras algunos cargaban arreglos de flores, me pareció ver fotógrafos de esos que solo pueden ser de medios de comunicación y un camarógrafo preparado para capturar un momento. De la reja de la comandancia salieron diferentes policías sin ningún orden en particular trayendo en sus manos un reconocimiento, caminaron hacia las personas buscando entre ellas, algunas levantaban las manos y otras corrían al encuentro pero a todas se les iluminó el rostro con una sonrisa, una niña corrió hacia una oficial diciendo “mamá” y la abrazó dejando atrás al resto

Sin Sueño

Ya me quiero dormir, sin embargo no me ha dado sueño. Mañana estaré somnoliento y cansado, incluso es posible que no me pueda levantar por la mañana. No hay suficiente café para sostener mis parpados.

Retorno

Desde que salí de la universidad me he sentido congelado, como si mi ciencia avanzara por encima de mi, nuevas cosas surgen, viejas cosas que no aprendí se popularizan, las nuevas generaciones se muestran arrogantemente listas para entrarle al quite, y yo aun cargo ese viejo libro de "Introducción al psicoanálisis", una lista de nombres de autores que hablaron de otros autores y la esperanza de tener el suficiente dinero para comprar "Obras Completas" de la editorial Amorrortu. Mi ciencia tiene tanta extensión y no fui consciente de ello hasta que la apliqué, al grado de que hoy no me siento preparado para comprender la complejidad de lo que hago. Por eso he tomado la decisión de regresar a lo básico, sumergirme de nuevo en la hermenéutica, perderme en los conceptos y divertirme con las historias que rodean el mundo onírico. Debo extender mi mente más allá de los imites que me establecieron. Parafraseando a Guillermo Fadenelli, el lugar de la mente no e